DESDE
ZIMPIZAHUA
Entre
políticos y sacerdotes
Por Joaquín Alcántara
Hernández.
De esas cosas inexplicables que da la vida, algo que me ha regalado EL
PATRÓN, el Verdadero, el MERO-MERO, es cierta facilidad para conocer a personas
valiosas de diferentes estratos sociales. Así hemos conocido, humanistas, filósofos,
políticos, religiosos, empresarios, en fin, el caso es que el pasado 15 de
agosto asistí a una comida en la bendita y apacible Tierra del Dios Tigre,
Teocelo. Resulta que el activo y visionario párroco, José Hugo Hernández
Mendoza nos invitó con una semana de anticipación por tratarse de las fiestas
patronales.
Permítame, le cuento; el año pasado fui por vez primera a esa
convivencia; pero en aquella ocasión quien nos invitó fue el párroco de
Cosautlán, don Alfredo Hernández Vázquez. Fue él quien nos presentó con el
padre Hugo. Aquel día igual que ahora paladeamos los exquisitos manjares que
prepara su mamá, doña Celina, con 77 años de edad y pareciera que apenas tiene
50, lúcida, activa, sonriente, es la columna vertebral donde gira esa hermosa y
unida familia del padre Hugo y su gentil hermana.
Antes de proseguir, quiero expresar mi reconocimiento a este buen
sacerdote que es Hugo. Aun con mucha juventud y vida por delante posee un
criterio progresista que en la medida que se presentan las oportunidades, le ha
hecho atinadas sugerencias a la hoy Alcaldesa de Teocelo, Ana Lilia López
Vanda. Es así como ya se contempla el posible reacondicionamiento del ‘salón
social’ en aras de que Teocelo cuente con un espacio para fomentar y fortalecer
la cultura. Algún espacio debe acondicionarse. Sabido es que apostarle a la
cultura es apostarle al progreso. Hoy también el rostro de Teocelo que es el
parque, luce limpio, libre de puestos ambulantes. ¡Vaya! Con este buen amigo
que es el padre Hugo, hombre preocupado y ocupado en participar positivamente
en las bases que sirvan para impulsar y mejorar ese ambiente de prosperidad al
que Teocelo también tiene legítimo derecho. Para curas de ésta talla, aunque
escasos, va nuestro modesto pero sincero reconocimiento.
Ciertamente es penoso que Teocelo haya dado un paso atrás con el
espectáculo cavernícola que ya se había prohibido y que le había dado el
honroso galardón de ser el primer municipio antitaurino en toda la república.
Antes ya había ganado el primer lugar nacional en reciclaje de basura y ahora
en el no maltrato a los animales. Lástima. Ahora fue noticia el muerto que
arrojó la vulgar ‘vaquillada’. Y todo lo ganado se echó abajo porque aquel
logro fue ‘de otro partido’. ¡Hágame el refavrón cavor! Había que quedar bien
con las compañías emborrachadoras. Ver
para creer. Ni hablar.
Bien, estábamos en la mesa compartiendo los alimentos con los
sacerdotes ahí presentes, entre ellos el conocido y respetable Álvarito
Fernández Ávila, el joven sacerdote párroco de Xico, José Javier Sánchez Martínez,
atento, cordial, buen amigo; lo mismo estaba un joven cura venido de África,
George Nehumbong, simpático negrito de extraordinario carácter. (Lo de ‘negrito’ no lo digo en sentido
peyorativo, sino con todo respeto a la amistad con que nos honra desde hace un
año que le conocimos precisamente en este mismo lugar), en eso estábamos,
comiendo y platicando variados temas, cuando se oyó una bulla, un
‘guiri-guiri’, eran unos políticos que en plena precampaña aprovecharon la ocasión
para ‘saludar’ a ese puñado de buenos
sacerdotes que conocen perfectamente la problemática de sus comunidades.
¡Era Gerardo Buganza!, el Secretario de Infraestructura y obras
públicas, acompañado de una ex alcaldesa de Teocelo quien hoy tiene línea para buscar la diputación por este
Distrito. Aunque se rumora, se escucha, se dice por parte de quienes conocen de
estas cosas, que Peña Nieto habrá de proponer
a otro candidato (a) porque se trata de ‘su
congreso’ y, obviamente, necesita gente de todas sus confianzas. Venía con
ellos un viejo amigo, Rogelio Hernández Madrid, con quien nos conocimos en bandos
opuestos en aquellos tiempos de lucha cuando nos enfrentamos a la usura
bancaria, al agio, a los juicios amañados y al propio gobierno solapador, venía,
pues, Rogelio y otros más que fueron atendidos en las mesas del corredor. Enseguida
vinieron los saludos, las presentaciones y continuó el convivio. Pero por esas
cosas inexplicables que mencionaba al principio, al Secretario de Gobierno le
tocó sentarse junto a quien esto escribe. El hombre dijo que se disculpaba pero
que solo tomaría una copa de vino y se retiraría por cosas de ‘logística’. Hernández Madrid estaba
como a cuatro o cinco personas de donde me encontraba y dijo que tomaría vino, -pero
del mismo que le sirvieran al Secretario-, desde mi lugar le grité: “Rogelio, deberías tomar lo que toma el
pueblo, caramba, si también vienes buscando el voto, ¡gánatelos!” y
entonces ya le entró a los tamales, al mole y todo lo demás.
Para entonces ya habíamos trabado plática con el Secretario Buganza
quien ante la atención de la mamá del sacerdote aceptó una trucha en salsa de
cacahuate. Pero el Secretario me insistía: “Háblame
de tu” en tanto le planteaba problemas que el gobierno tiene obligación de
resolver, le decía también que dan pena ajena los tremendos hoyancos que tiene
la calle de ‘Los Carriles’ por donde llegan todos los visitantes extranjeros
que vienen a la Sede Mundial de la Gran Fraternidad Universal; le decía de la
vergüenza que dan los brincos en pleno centro de Coatepec, precisamente en eso
estábamos cuando llegó el alcalde, el buen ‘Juanelo’ y ni mandado hacer, a él
le tocó sentarse al otro extremo de la mesa donde se le improvisó un espacio.
Pero por esa razón la plática con él era en total voz alta para poder
escucharnos.
Y fue así que surgió el compromiso que nos parece serio, motivo de este
escrito, y teniendo a los amigos sacerdotes como testigos, esto le dijimos: “A ver Juanelo, mira, nos acaba de informar
el señor Secretario que por parte del Gobierno del Estado él se compromete
aportar el 50% del costo de esa reparación y que el Ayuntamiento que tu
encabezas ponga el otro 50 por ciento”. Buganza intervino y agrego: “Aparte de una vez reparamos alguna otra
calle urgente” Total, que de palabra quedó pactada esa reparación.
‘Juanelo’ dijo que sí y acordaron en ese momento los trámites para esa obra. Y
es que, en honor a la verdad, muchísimas calles en Coatepec están totalmente
destrozadas. Y sin que se tome a mal, muchos presidentes municipales de la
región deberían darse una vueltecita por los poblados de la sierra, Atzalan,
Altotonga, Naolinco y Jalacingo. Este último está llevando a cabo una
impresionante obra de infraestructura que nunca pasaba de ser promesa de
campaña. ¡Es digno de resaltarse que varias
obras se están realizando con recursos propios del Ayuntamiento! ¡No son
dineros del gobierno estatal ni federal! Respecto a Naolinco es tal su imagen
pulcra y bella que contrariamente a pueblos que están a punto de perder ese
rango distintivo, Naolinco está a un paso de convertirse en ‘Pueblo Mágico’.
Estaremos pendientes de darle seguimiento en los medios que nos apoyen sea
cual fuere el resultado de ese compromiso público. Porque precisamente, si
vienen buscando votos, los gobernados ya no toleramos ‘discursos a modo’ ni
promesas incumplidas. Creemos que Juanelo en Coatepec sabrá cumplir.
Esa tarde Gerardo, -así nos
repitió que le llamemos- después de que nos había dicho que no comería,
acabó por comerse ¡dos truchas! y pidió otra más para llevar, imposible
resistirse al incitante aroma de los ricos guisos de doña Celina. El hombre nos
pareció sincero, tratable y con marcada disponibilidad de ser, -más que otro
político de tantos, de esos falsarios, demagogos, ineptos, vividores e hijos de
la chiflada-, un real servidor público, eficaz, eficiente y efectivo. Estaremos
pendientes en qué termina ese acuerdo. ¡Viva
México señores! Ajuuaaaaaaa
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