IDEAS...

Unidad, no solo un discurso necesario  Ideas por Rodrigo Montoya

Para el priismo nacional, la unidad siempre ha sido uno de sus conceptos más utilizados. En las cúpulas nacionales, y en los estados gobernados por el Partido Revolucionario Institucional, siempre sus militantes han terminado abonando en la unidad por un proyecto superior. Utilizo la palabra “terminando” porque quien NO resulta ungido para los espacios de mayor envergadura, se suma junto con su capital político, al grupo o a la persona que será postulada. Por lo menos así ha sido en el 90% de los casos, las circunstancias favorables para el instituto político en el gobierno se han dado por la disciplina de los jefes o cabezas de grupo entre unos y otros. A diferencia de otros partidos, el tricolor siempre ha manejado su vida interna de forma discreta, es decir, la ropa sucia se lava en casa. Esa es la ventaja de los priistas, son pocos los que deciden incursionar en otros rumbos cuando las circunstancias no les favorecen, son una minoría los ex miembros del partido que hoy dirige el destino de los mexicanos los que buscan otras alternativas para acceder a los puestos públicos. El sábado pasado se llevó a cabo una gran concentración en la sede del Partido Revolucionario Institucional, donde se dieron cita los miembros de la clase política de todas las partes del país para abonar a la unidad en torno al Presidente de la República Enrique Peña Nieto. De igual forma, se hizo un reconocimiento y evaluación a quienes han encabezado la dirigencia del PRI los últimos procesos electorales. César Camacho Quiroz e Ivonne Ortega Pacheco, Presidente y Secretaria General respectivamente; ellos lograron darle buenas cuentas a sus representados (la militancia) en cuanto a cuestiones electorales se refiere.  El PRI vive un momento importante. Por un lado la segunda mitad del sexenio del Presidente Peña Nieto, contará con mayoría en el Congreso de la Unión. Las cámaras, alta y baja tendrán cabilderos importantes para las negociaciones que el ejecutivo federal considere pertinentes a fin de lograr sus propuestas se lleven a cabo con el visto bueno de las mayorías (legislativas) y en un periodo corto de tiempo, es decir, que sean aprobadas de una forma casi instantánea. Igualmente la mayoría de los estados son gobernados por sus correligionarios, gente de su mismo partido que escuchan las propuestas del centro, o dicho de otra forma la palabra del gobierno federal. La otra cara de la moneda es la situación por la que atraviesa nuestro país hoy en día. Son tiempos complejos los cuales solo se superarán en efecto con la unidad de todos los actores responsables de las tomas de decisiones más importantes.  Está dado el primer paso. Que el jefe de las instituciones en nuestro país haya ido a la sede nacional del partido que le dio la oportunidad de servir a los mexicanos es un hecho que debe relejar al interior de este, la sinergia que se propone para transformar a México. Sin embargo las cosas deben tomar forma por los hechos y no por los discursos. A quienes les gusta enterarse, ya saben de los discursos pronunciados por el Ejecutivo y el líder del tricolor. Ahora en esta segunda etapa de gobierno debemos esperar acciones concretas, propios y extraños. Todo México está a la expectativa de los resultados que se tendrán que volver tangibles, materiales. Los más de 100 millones de mexicanos esperan impacientes que las políticas públicas recaigan directamente en sus mesas, sus bolsillos, en la educación de sus hijos y la seguridad sociales de sus padres y abuelos. La moneda está en el aire, es tiempo de México, no de personas, ni de partidos.    Léeme en: www.rodrigomontoya.com.mx