ENTRE COLUMNAS
La lucha por la
gubernatura Veracruz 2016.
Martín Quitano Martínez
Nunca se miente tanto como antes de las elecciones,
durante la guerra y después de la cacería.
Otto von Bismark (1815-1898) Político alemán
Comenzaron
este domingo 3 de abril las campañas a gobernador de Veracruz, 7 aspirantes que
buscan llegar a gobernar una entidad marcada por las locuras y las
desvergüenzas de una clase política gobernante que ha hundido el presente y el
futuro inmediato de millones.
El
debate electoral 2016 por Veracruz es ese proceso que enfrenta la idea
generalizada de que todos los políticos son iguales y son lo peor, tan solo
aspiran a llegar para reproducir las viejas y reconocidas prácticas que desde
el poder refieren la tranza, la incompetencia y el desdén por las necesidades
de las mayorías, los caldos electorales se cocinan enmedio de impunidades y
arbitrariedades como un grotesco escenario veracruzano.
De
este escenario se ha formado un hartazgo social que en amplios sectores
sociales clama la revancha por el dolor y las ofensas sufridas; son los últimos
años el periodo putrefacto de una interpretación del ejercicio del poder que no
tiene leyes ni reglas que lo controlen, que no escucha, ni ve, ni siente los
daños ocasionados, que altanero y ensoberbecido se sostiene en los abusos y el
miedo.
El
Veracruz de los levantones y desaparecidos, de la corrupción y la simulación es
el territorio en disputa, el cual merece las mejores propuestas y los mejores
idearios, la discusión es si saldrán de esta clase política veracruzana, si
ellos nos ofrecen el compromiso de un rumbo diferente con opciones reales y
factibles a los problemas que enfrentamos, que trabajen con dignidad y cancelen
de nuestra entidad la nota vergonzante nacional de ejercicios públicos cínicos
y deshonestos.
Sin
duda la apuesta por los cambios necesarios se encuentra en el empuje que pueda
dar una sociedad activa que reclame su legítimo derecho de elección y dirección
del rumbo por seguir. Es en una sociedad con ciudadanía real, no
discursiva, donde se debe dar el mayor y
profundo debate.
No
es fácil, los alcances de un comportamiento distinto de una colectividad
alicaída y temerosa se debilitarían si no logramos al menos interiorizar las
ideas generales de un cambio que nos aleje de las distorsiones imperantes.
Apostar
por un compromiso social que identifique y respalde demandas básicas pero creo
incuestionables como el combate a la corrupción y la impunidad, la
transparencia y la rendición de cuentas en todos los actos públicos, es decir,
el apego irrestricto al estado de derecho para todos, el cumplimiento de la
ley. Con esa meta como guía de trabajo, seguramente atacaremos problemas que
tanto nos lastiman como la inseguridad, el respeto a la libertad de expresión y
a los derechos humanos, el impulso de verdaderas políticas ambientales que resguarden
nuestro futuro o de justicia social donde la salud, la educación, el deporte y
la recreación, el derecho al trabajo y a su justa remuneración, los derechos de
equidad de género y diversidad sexual. Pendientes todos que esbozan una agenda
en la cual debemos insistir.
Los
que aspiran a gobernar Veracruz deben reconocer que las circunstancias exigen
más que retórica y discursos grandilocuentes que solo sirven para los mítines
donde se regodea su ego, se necesita precisar hacia donde proponen encaminar
sus acciones y fundamentalmente cómo piensan realizarlas; las arengas de los
lugares comunes no caben frente al desastre en el que nos encontramos.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Apenas empiezan a
ensuciarse y el lodo ya les llega el cuello.
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