Entre Columnas
Asumir la
responsabilidad.
Martín Quitano Martínez
La libertad significa responsabilidad: por eso la mayoría
de los hombres le tiene tanto miedo.
George Bernard Shaw
Los
corrillos políticos veracruzanos se mantienen con sensaciones y percepciones
que reflejan el ambiente descompuesto que priva en este proceso electoral sin
duda será parteaguas de la disputa del 2018, pero no solo eso, sino que mostrará
que tanto se han movido los comportamientos electorales veracruzanos, soterradamente
manifiestos de sus profundos hartazgos a partir del ejercicio del voto,
elemento democrático por excelencia.
Ésta
del 2016, será una elección de 3 tercios, reñida,
peleada ferozmente que no tendría nada de malo a excepción de los niveles de desaseo existentes, del lodo existente
en éstos ámbitos que ahora vuela por todas partes, diría José Antonio Crespo
que el problema ya ni siquiera son las campañas de lodo sino la cantidad de
lodo existente.
Es
así, Veracruz se bate en el lodazal generado por años de corrupción e
impunidad, donde la cotidianeidad de nuestras clases políticas se sustentan en malas
acciones justificadas a partir de un criterio básico de deconstrucción de la
legalidad y del estado de derecho.
“Todo
lo que tiene precio es barato” decía el gran corruptor, con un ejercicio del “pinche
poder” en el que toda actividad y recurso público o privado podría ser sujeto
de comportamientos ruines que, escudados en las representaciones políticas, han hecho de Veracruz un lodazal donde se
regodea el modelo político dominante del cinismo y la arbitrariedad.
El
sedimento pestilente dejado por quienes gobiernan y han gobernado nuestra
entidad, es más que solo el cimiento de neo-ricos con cuantiosas fortunas, es
el deshecho concreto de una visión y un comportamiento que ha postrado a la
entidad, sumiéndola en el subdesarrollo y el empobrecimiento y más aún, pues ha construido un imaginario del mundo
político donde cualquier cosa ilegal o negativa se puede hacer sin que `por
ello se reciba sanción alguna.
Nuestro
problema no es solo la falta de moral pública de quienes nos gobiernan, que lo
es, sino la interiorización generalizada socialmente y muchas veces aceptada
hacia los gestos de ilegalidad, corrupción e impunidad, generando un abandono
de la esperanza y un desdén por asumir compromisos donde el nosotros signifique
pensar en la comunidad y no en lo privado.
En
15 días, la elección plantea el reto de reconocerse con alguien o con algo de
lo que presenta la boleta, asumiendo este momento democrático como fiel reflejo
de nuestra alicaída democracia y a pesar de todo como la oportunidad de
manifestarse más allá del temor y la desconfianza.
El
reto está allí, apostar por ser libres y por participar en este momento
electoral asumiendo los costos y las responsabilidades de tal acción que
implican trascender la fecha de votación y dar seguimiento o abandonarnos rumiando nuestros desencantos.
El
escenario veracruzano es de dolor, muerte y terror, es de hartazgo y desconfianza,
es de pobreza y por ello precisamente no
podemos darnos el lujo de dejar nuestro lugar vacío.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El
Instituto de Pensiones del Estado la caja chica de las incompetencias y los
saqueos.
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