Columnista distinguido
Prospectiva
Visión
de magistrada
Por
JAIME RÍOS OTERO
Parece increíble, y suena troglodítico,
pero ¿sabe usted cómo despedían a los empleados del Tribunal Superior de
Justicia de Veracruz hace 40 años? Les dejaban sobre su máquina de escribir
mecánica, un oficio con estas palabras:
“Para el buen funcionamiento de este tribunal,
se ha acordado prescindir de sus servicios, por lo que deberá entregar a la
Secretaría, previa relación las causas o expedientes a su cargo, precisando su
estado actual, la gaveta, la máquina de escribir Olivetti o Remington, la goma,
lapiceros, lápices, agujas y demás insumos que se le proporcionaron”.
¡Qué poca! ¿Verdad? “Para el buen
funcionamiento de este Tribunal…”
La anécdota fue narrada ayer por la
señora Magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, al dar el discurso en
nombre de los trabajadores del Poder Judicial, cuyo sindicato, por cierto,
cumple en este año precisamente su cuadragésimo aniversario, y ella es una de
las fundadoras.
El mensaje es interesante porque
revela la visión de alguien que observa el estado de cosas en el Tribunal de
manera objetiva, honesta y autocrítica y, claro, porque no se trata de
cualquier trabajador, sino de una integrante del Pleno, el máximo cuerpo
colegiado que rige el devenir del Poder Judicial veracruzano.
Es decir, por lo menos existe la
percepción en que alguien valioso entiende la problemática que viven
cotidianamente los abogados postulantes y las partes que tienen que enfrentarse
con el trabajo de los juzgados. Pero también, los problemas al interior, las
carencias que tienen los trabajadores para desempeñar su trabajo.
En su discurso, lamentó precisamente
que las condiciones de trabajo no sean óptimas. Dijo: “Falta mucho por hacer
por toda la base trabajadora, para mejorar salarios y en general las
condiciones laborales pues aún existen compañeros que siguen trabajando por
contrato mensual o trimestral, sin generar antigüedad”.
Sobre la calidad de los servicios
hacia el público, señaló: “Es
inaplazable que los ciudadanos recobren la credibilidad y la confianza en la
impartición de Justicia; y para ello se requiere que la actuación de todos los servidores judiciales
se rija estrictamente por la rectitud, la honradez, la eficiencia, la eficacia,
la ética y la deontología judicial”.
Porque: “Impartir justicia, es
una labor profesional, de gran importancia, que constituye una contribución
fundamental, para el bien común de la sociedad entera, porque el mejor Derecho
sólo puede ser aquel, que es aplicado por las personas más idóneas”.
La Magistrada Castañeda Palmeros
considera que para mejorar es necesario que: “el Poder Judicial, debe contar
con los más preparados y expertos profesionales del derecho; responsables y
estudiosos, con probada y reconocida capacidad intelectual y moral;
detentadores de una conducta ética, honrada, honesta, digna y noble”.
Lamenta que sea el propio entorno el
que influye en los valores que desarrollan los servidores públicos: “Vivimos en
una sociedad de consumo, por lo que, cada día se pierden más los valores
morales, y se privilegian más los bienes materiales, y sólo se admira la
riqueza material haciendo caso omiso de los principios y valores éticos”.
Y
finalmente, y esto es significativamente relevante, la Magistrada convoca a sus
compañeros a
“iniciar una gran cruzada que dignifique, el noble ejercicio de impartir una
justicia gratuita, pronta y expedita, en donde se respete de manera irrestricta
la voluntad de la Ley y sobre todo la rectitud del Poder Judicial, recordando
en todo momento que es un gran honor y una gran responsabilidad formar parte
del Poder Judicial”.
Bien por eso. No hay duda de que la
Magistrada Castañeda Palmeros es una gran servidora pública.
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