Columnistra Distinguido.
Prospectiva
O sea ¿andamos
atontados?
Por JAIME RÍOS OTERO
Gazzetta del Apocalipsis es un sitio español dedicado a difundir
artículos sobre estrategias de los gobiernos y efectos de los medios de
comunicación en la sociedad contemporánea. Su más reciente texto, firmado por
la propia editorial, se titula “Por qué no estalla una revolución”, y la verdad
es una entrega muy interesante, que yo pienso que no tiene desperdicio.
En él, llega a la conclusión de que el exceso en la información que
recibe la sociedad moderna hace imposible para ésta digerirla, asignarle la
importancia que cada noticia tiene y generar una respuesta efectiva, por lo que
se cae en una apatía que favorece los abusos y la desfachatez de los gobiernos,
a los cuales ya no les importa descararse, mostrar sus secretos, suciedad y
corrupción, porque los gobernados están tan agobiados psicológicamente, que
simplemente no reaccionan.
Todo el artículo está buenísimo y consistente (“macisito”, como
denominaba don Herminio Ortiz a la primera plana del Diario de Xalapa cuando
llevaba buena información: “macisita”, o sea, maciza).
Dice el texto: “¿Te has preguntado alguna vez porqué nadie reacciona
ante la infame oleada de opresión y abusos de todo tipo que estamos sufriendo? ¿No
te produce perplejidad el hecho de que tras tantas y tantas revelaciones sobre
casos de corrupción, injusticias, robos y burlas a la ley y a la población en
general, a la cual se le ha robado literalmente el presente y el futuro, no
suceda absolutamente nada?
“¿Te has preguntado por qué no estalla una Revolución masiva y por qué
todo el mundo parece estar dormido o hipnotizado? Estos últimos años se han
hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la
estructura del sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la
maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial.
“Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está
sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle
atención. El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA. Parece increíble, pero los acontecimientos lo
demuestran a diario. La información ya no tiene relevancia. Desvelar los más
oscuros secretos y sacarlos a la luz ya no produce ningún efecto, ninguna
respuesta por parte de la población”.
Continúa: “actualmente, la ´evolución´ de la sociedad y sobre todo de la
psicología de las masas nos ha llevado a un nuevo estado de cosas. Un estado
mental de la población que no se habría atrevido a imaginar ni el más enajenado
de los dictadores.
El sueño húmedo de todo tirano sobre la faz de la tierra: no tener que
ocultar ni justificar nada ante su pueblo. Poder mostrar públicamente toda su
corrupción, maldad y prepotencia sin tener que preocuparse de que ello produzca
ningún tipo de respuesta entre aquellos a los que oprime. Ésta es la realidad
del mundo en el que vivimos”. Luego aterriza en el caso español, que para el
efecto, es el mismo del escenario mexicano.
“Y si crees que esto es una exageración, observa a tu alrededor. El caso
de España (y de México, añadimos) es palmario. Un país inmerso en un estado de
putrefacción generalizado, devorado hasta los huesos por los gusanos de la
corrupción en todos los ámbitos: el judicial, el empresarial, el sindical y
sobre todo el político. Un estado de descomposición que ha rebosado todos los
límites imaginables, hasta salpicar con su pestilencia a todos los partidos
políticos de forma irreparable.
“Y sin embargo, a pesar de hacerse públicos de forma continuada todos
estos escándalos de corrupción política, los españoles (mexicanos) siguen
votando mayoritariamente a los mismos partidos, derivando, como mucho, algunos
de sus votos a partidos subsidiarios (Partido Verde de México) que de ninguna
manera representan una alternativa real.
Ahí está el alucinante caso de la Comunidad Valenciana (Veracruz), la
región más representativa del saqueo desvergonzado perpetrado por el Partido
Popular (Partido Revolucionario Institucional) y donde, a pesar de todo, este
partido de auténticos forajidos y bandoleros sigue ganando las elecciones con
mayoría absoluta (…).
“Y a pesar de hacerse públicos todos estos casos de corrupción
generalizada; a pesar de revelarse la implicación de las altas esferas
financieras y empresariales, con la aquiescencia del poder judicial; a pesar de
demostrarse por activa y por pasiva que la infección afecta al sistema en su
generalidad, en todos los ámbitos, imposibilitando la creación de un futuro
sano para el país; a pesar de todo ello, la respuesta de la población ha sido… no
hacer nada.
“Pero todos estos casos empequeñecen ante la gravedad de las
revelaciones hechas por Edward Snowden y confirmadas por los propios gobiernos,
que nos han dicho, a la cara, con luz y taquígrafos, que todas nuestras
actividades son monitoreadas y vigiladas, que todas nuestras llamadas, nuestra
actividad en redes sociales y nuestra navegación en Internet es controlada y
que nos dirigimos inexorablemente hacia la pesadilla del Gran Hermano
vaticinada por George Orwell en “1984”.
“¿Y cuál ha sido la respuesta de la población mundial cuando se ha
revelado esa verdad? ¿Cuál ha sido la reacción general al recibir estas
informaciones? Ninguna. Todo el mundo sigue absorto con su smartphone, sigue
revolcándose en el dulce fango de las redes sociales y sigue navegando las
infestadas aguas de Internet sin mover ni una sola pestaña… Así pues ¿de qué
sirve saber la verdad?
“En el caso hipotético de que Edward Snowden o Julian Assange sean
personajes reales y no creaciones mediáticas con una misión oculta, ¿De qué
habrá servido su sacrificio? ¿Qué utilidad tiene acceder a la información y
desvelar la verdad si no provoca ningún cambio, ninguna alteración, ni ninguna
transformación? ¿De qué sirve saber de forma explícita y documentada que la
energía nuclear sólo nos puede traer desgracias, como nos demuestran los
terribles accidentes de Chernobyl y Fukushima, si tales revelaciones no surten
ni el más mínimo efecto?
“¿De qué nos sirve saber que los bancos son entidades criminales
dedicadas al saqueo masivo si seguimos utilizándolos? ¿De qué nos sirve saber
que la comida está adulterada y contaminada por todo tipo de productos tóxicos,
cancerígenos o transgénicos si seguimos comiéndola? ¿De qué nos sirve saber la
verdad sobre cualquier asunto relevante si no reaccionamos, por más graves que
sean sus implicaciones?
“La mayoría de la población ha llegado a tal nivel de degradación
psicológica que, como demostraremos, la propia revelación de la verdad y el
propio acceso a la información refuerzan aún más su incapacidad de respuesta y
su atonía mental. La gran pregunta es: ¿POR QUÉ? ¿Qué nos ha conducido a todos
nosotros, como individuos, a este estado de apatía generalizado?
“Y la respuesta… está relacionada, directamente, con el condicionamiento
psicológico al que está sometido el individuo en la sociedad actual. Simplemente
todo se basa en un exceso de información. En un bombardeo de estímulos tan
exagerado que provoca una cadena de acontecimientos lógicos que acaban
desembocando en una flagrante falta de respuesta. En pura apatía. Y para luchar
contra este fenómeno, resulta clave saber cómo se desarrolla el proceso…”
En fin, por ese tenor se va este excelente análisis, que vale la pena
seguir reflexionando. Le sugerimos leer el texto completo en http://gazzettadelapocalipsis.wordpress.com/,
pero es verdaderamente espeluznante, y sólo nos demuestra lo amolados que
estamos con tanta tecnología.
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