Entre Columnas
Las redes sociales
Martín Quitano Martínez
Las redes sociales sin
objetivos son como una silla mecedora: mucho
movimiento pero no te lleva a ningún lado.
Cierto,
la convocatoria no fue lo que se esperaba, muchos menos miles de los que en
redes se manifestaron fueron los que acudieron a la cita, sin embargo la
intención no puede minimizarse, no puede ser pasada por alto con base en la
cantidad de asistentes.
La
exigencia: “Que renuncie Peña Nieto” es
una muestra de los sentires de una sociedad agotada de un ejercicio gubernamental
altamente cuestionable; permite vislumbrar los niveles de hartazgo existentes. #renunciaya, #sobranlosmotivos o #renunciaEPN
fueron hashtags que convocaron sin partido o grupo determinado, impulsados por el
sentir presente en la cotidiana virtualidad de las redes sociales.
Las
redes se han plantado como un gran muro virtual de las lamentaciones que si
bien nos muestran una tendencia de opiniones y sentimientos de millones de
usuarios, no necesariamente se vinculan a la construcción de compromisos y
acciones concretas organizadas ante abusos, ejercicios y comportamientos
fuertemente señalados en ellas.
La
marcha “renuncia Peña” es otra gran intentona, como lo fue el movimiento “Yosoy132”,
de salir del espacio de la red y presentarse en la calle y hacerse patente y allí está un dato muy importante.
Las
redes sociales son ese increíble amplio mecanismo de comunicación que ha
servido para orientar movilizaciones que han puesto en jaque a gobiernos y
personajes en el mundo, que han facilitado la información y definido toda una
nueva forma de expresiones presentes en un mundo de calamidades y desigualdades
sociales, sirviendo para acercarnos al reconocimiento o no de nuestros
problemas no solo locales sino globales.
Pero
también en las redes sociales encontramos la oportunidad de la desinformación y
la calumnia, de la opinión coyuntural sin compromiso, de la descarga de
nuestros desafectos; desde la protección del anonimato se pueden armar denuncias
efectivas y urgentes que por la inseguridad requieren no tener rostro ante los
miedos existentes, pero a la vez permiten las exageraciones o las ofensas cobardes
para la provocación y la calumnia. Como
muchos otros aspectos de la vida cotidiana de los seres humanos, las redes
sociales deben ser tratadas con cautela y responsabilidad.
Son
las redes sociales una de las paradojas del mundo postmoderno. Nos proporcionan
la oportunidad de la vinculación personal inmediata hacia cualquier parte del
mundo y sin embargo en muchas ocasiones nos separan, al sumergirnos en un mundo
virtual que nos aísla del humano que
está a nuestro lado, de la realidad circundante; la actual virtualidad de las
relaciones personales trastoca la esencia de los valores de cercanía de las
anteriores, pues perviven y se alimentan separadas, alejadas del contacto
personal, aunque se oigan, se vean o se escuchen, siempre media un vehículo
electrónico que lo permite y sin éste, no existen.
Para
bien o para mal mucho del debate político pasa por las redes sociales y la marcha
por la renuncia de Peña Nieto lo refleja. En nuestro país el posicionamiento de
reivindicaciones a través de las redes crece y esperemos supere su utilización
inmediatista y sea un real poder para
que, con la exposición viral de hechos, se realicen los cambios urgentes. Que
realmente la rapidez de la información ayude a estimular la participación
ciudadana contra las malas prácticas, que con las redes se acompañe la lucha
contra la corrupción y la impunidad.
México
enmedio de su crisis requiere mucho más
que utilizar las redes como un espacio de quejas y burlas, donde te fugas de la
realidad para vivir en la virtualidad, como la vasija de los desahogos. Las
redes son también la oportunidad para democratizar la información y para la
construcción de ejercicios para el razonamiento y la formación de opinión. Su
impacto debe ayudar a la socialización de ideas y propuestas que nos doten de mejores capacidades para influir
positivamente en nuestro entorno.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
En Veracruz la
inseguridad, la violencia y el terror a la alza; las respuestas solo están en
los twits. Dicen que con eso basta y sobra.
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