“Entre Columnas”
Veracruz; la crisis, la emergencia.
POR: Dr. Martín
Quitano Martínez
mquim1962@hotmail.com
En los momentos de
crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. Albert
Einstein (1879-1955)
Hay crisis. La emergencia financiera del gobierno
veracruzano se palpa, se vive día a día. El saqueo fue mayúsculo y significó la
devastación, el deterioro profundo del presente con una estela de angustia,
desolación y podredumbre por la que debe transitar nuestro futuro inmediato.
Ese es el escenario en que se moverá el ejercicio público de
un gobierno que despertó altas expectativas, un gobierno de alternancia puesto
en los reflectores de una sociedad que a pesar de las suspicacias, tiene la
esperanza de que se generarán las condiciones para recomponer las
circunstancias que marcan nuestra larga y oscura travesía fidelduartista.
Precisamente por ello, la nueva administración puesta en el
laberinto de los problemas existentes, deberá entender que hacer frente a esta
realidad para cambiarla, involucra marcar diferencias desde el comportamiento
de sus miembros. Ante el panorama de desastre la vara está en el piso, lo bueno
que se logre será sin duda un triunfo, pero no debe ser la autocomplacencia y
el conformismo la ruta de trabajo ante un estado postrado por el dolor y la
incertidumbre, se requiere un esfuerzo mayúsculo individual y de grupo, una
voluntad a prueba de fuego para sobrellevar las adversidades, las críticas y un
marcador en contra como lo es el tiempo.
Las capacidades, la experiencia, el compromiso, y como dice
Einstein la imaginación, deberán respaldar una nueva actitud administrativa que
se haga evidente en cada uno de los espacios que se cubran con los nuevos
equipos; habrá que considerar el escrutinio y apoyo de los servidores públicos
que por años han estado en el desarrollo de las diferentes funciones y promover
que los procesos de cambio no se queden en personas, sino que principalmente se
manifiesten en hechos y actitudes que permitan convocar los mejores esfuerzos.
En la crisis se medirá el tamaño de la apuesta del gobierno
de la alternancia frente al conjunto social, dejando claro que no se reeditarán
los actos que tanto se criticaron; frente a la insolencia que acuñó los
compadrazgos y la ineptitud como norma en la acción pública, debe oponerse con
solvencia la garantía de que los servidores públicos que toman los encargos
actuarán con capacidad, entusiasmo e imaginación siempre dentro de la ley.
La crisis financiera tendrá que sortearse con el manejo
eficiente y sobrio de lo escaso, con la aplicación puntual y transparente. Son
muchos los miles de
millones saqueados del patrimonio público, lo que refleja
nuestra innegable crisis institucional producto de la arbitrariedad y el
cinismo, en esta otra crisis tampoco se pueden tener dilaciones o cometer
errores; cambiar el rostro institucional no es solo retocar las apariencias o
modificar la imagen, es antes que cualquier otra cosa una cuestión de fondo
donde la mesura, la inteligencia y la entrega se hagan presentes.
Pasan los días y el reloj marca en contra del quehacer del
gobierno de la alternancia, el bono de la esperanza puede ser tan fuerte como
se estimule con mensajes y actos que reivindiquen que se tiene competencia y
coordinación para enfrentar la tempestad, o tan débil como que el trabajo que
se realice no responda a las expectativas que se tienen, es básico pero es
indudable.
La capacidad de la nueva administración para convocar los
respaldos sociales y políticos que le brinden la oportunidad de encontrar las
alianzas para enfrentar la emergencia, es otro pendiente que debe estar
permanentemente en la mesa de un equipo gobernante con un ejercicio público a
la altura de las circunstancias, sin olvidar que la magnitud de la problemática
obliga a buscar las coincidencias y los más amplios acuerdos de trabajo para
cumplir y cumplirle a la ciudadanía. La política, su ejercicio, debe hacerse
presente y lograr que todos los esfuerzos se conjuguen para rescatar a
Veracruz, ya.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Duele y avergüenza que con sus resultados, PISA nos repruebe
en Matemáticas, Lectura y Ciencias.
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